viernes, 7 de agosto de 2009

GURU BABA NANAK EN CEILAN


LA HISTORIA DEL REY DE CEILAN

Nanak llegó a la costa Sur de India, camino de Ceilán. Al borde del océano sin fondo, el Baba preguntó:
- ¿Cómo podrá ser cruzado este ancho mar?
Los discípulos Saido y silo dijeron humildemente:
-Señor, por tu Palabra todo es posible.
Nanak respondió:
-Et verdadero Nombre es el Creador, el Espíritu supremo, más allá del tiempo y del aspecto. Por la gracia del Verdadero Guru aquel que lo recuerde atravesará el océano de la existencia.
Al oír esto los discípulos cayeron a sus pies diciendo:
-Señor, sólo por tu gracia podremos cruzarlo.
Cruzaron el océano y llegaron a Ceilán. En Singhala-dipa fueron a sentarse al jardín del Raja Shri-Nabhi, donde se establecieron.
Por aquel tiempo el jardín, cuyo precio estaba estimado en nueve Lakhs de Rupias y que había estado seco durante años, volvió a reverdecer, los colores se desplegaron y las más hermosas flores despuntaron. Los árboles, dobladas sus copas por el peso de sus frutos, volvieron a dibujar sobre la hierba sus cambiantes juegos de sombras.
Cuando Maghor, el jardinero, contempló tal maravilla fue a informar al Raja:
-Señor, venid a ver un extraordinario prodigio. Al sentarse un faquir en vuestro jardín éste ha vuelto a florecer.

Llegado ante Guru Nanak, aquél le preguntó:
-¿Señor, cuál es tu casta, cuál es tu nombre, acaso eres un yogui? Ten la bondad de venir a mi palacio.
- Yo no voy a pie -dijo el Baba por toda respuesta.
Shri Nabhi le rogó:
-Oh Señor, todo está a tu disposición. Si te place puedes montar un caballo, un elefante o un palanquín real.
-Sólo me montaré en un hombre -repuso aquél.
- Todos mis hombres están a tu disposición.
-Excelencia, si hay un hombre que sea príncipe o Raja, o mejor Raja de la ciudad, sobre él montaré.
-Señor, yo soy tu criatura, yo soy el Raja, puedes montar sobre mí -respondió Shri Nabhi.
Nanak montó sobre sus hombros y la gente, viendo esto, pensó que el Raja se había vuelto loco. Llegaron al palacio seguidos de una gran muchedumbre. Y el Raja y la Maharani Kanukala, su esposa, se postraron ante él y con las manos unidas le dijeron humildemente:
-Señor, ¿deseas comer algo?
Nanak contestó:
-Aunque estoy guardando ayuno, si me trajeras a carne de algún hombre, me la comería gustoso.
-Señor, a tu disposición se hallan todos mis hombres -repuso el Raja.
Nanak replicó:
-Excelencia, si hubiera un hijo de algún Raja, un príncipe de doce años, ésa es la carne que sólo podría comer.
Llegado a este punto el Raja y su esposa quedaron pensativos; luego la Maharani habló:
-Señor, tenemos un hijo de esa edad, tuyo es.
El Raja fue a ver a su hijo y le preguntó:
-Hijo mío, tu cuerpo es requerido por el Guru, ¿cuál es tu deseo ?
-Padre, qué mayor beneficio puedo alcanzar en esta vida.
Dichoso me ofrezco en sacrificio -contestó el joven.
Y el Raja pensó:
"Hace siete días que mi hijo celebró su casamiento, será conveniente preguntar a su esposa por su parecer."
El Raja y la Maharani fueron adonde su nuera y le preguntaron:
-Hija, el cuerpo de tu esposo es requerido para ser sacrificado al Guru ¿cuál es tu parecer?
-Padre -replicóles la muchacha-, si mi cuerpo es requerido y mi viudez ha de ser sacrificada por el Guru, ¿qué mayor beneficio podría obtener en esta vida?
Entonces los cuatro fueron ante Nanak y el Raja dijo:
-Señor, aquí está el muchacho.
-Excelencia -contestó el Baba-, tal como está no me sirve de nada. La madre deberá cortar sus brazos y su esposa habrá de serrar sus pies, y tú con un cuchillo lo abrirás en canal, sólo así me será de alguna utilidad.
Shri-Nabhi obedeció la orden de su Guru y después de haber hervido la carne de su hijo la trajo y la depositó ante él.
Y el Baba ordenó entonces a los tres:-Cerrad los ojos y diciendo: "Gloria al Guru " poned un pedazo en vuestra boca.
El Raja, la Maharani y su nuera, cerrando sus ojos, comieron y cuando los abrieron, el Guro Baba había desaparecido. El rey desconsolado se fue al desierto. Descalzo recorría
los caminos repitiendo fuera de sí: "Guru, Guru". Después de doce meses regresó Nanak y llamándole le ofreció tocar sus Pies de Loto: la muerte y la regeneración del Raja Shri-Nabhi tuvo lugar al instante y éste se convirtió en sú discípulo. Sai do el Sat, de la tribu de los Ghebo, le dio el "Pahul" (Conocimiento) por orden del Guru y toda la gente de Singhala-Dip se hicieron sus discípulos y comenzaron a meditar en el Santo Nombre.
El Baba retornó a su hogar en Talvandi donde permaneció varios días.