jueves, 29 de enero de 2009

PARKASH PURAB : SIRI GURU HAR RAI


EL GURÚ HAR RAI
(1630-1661; Gurúado1 1644-1661)
PARKASH PURAB 31 ENERO 2009



El Gurú Har Gobind trajo al mundo cinco hijos y una hija. El mayor hijo era baba2 Gurditta que engendró dos hijos, Dhir Mal y Har Rai. Dhir Mal resultó desleal y desobediente. Logró alguna influencia en la corte del Emperador Aurangzeb y estaba en comunicación constante con los enemigos del Gurú. Cuando el Gurú Har Gobind se trasladó a Kiratpur, Dhir Mal junto con su madre permanecieron en Kartarpur y tomaron po-sesión de la propiedad del Gurú y también de la invaluable copia original del Adi granth. Pensaba Dhir Mal que con tal de que él tuviera la posesión, los sijs lo consideraría a él como el líder religioso y, ya mencionado en el último capítulo, Dhir Mal se negó así a la invitación del Gurú de venir a Kiratpur en la ocasión de la muerte de su propio padre. Antes de que él partiera a la morada celestial el 3 de marzo de 1644, el Gurú Har Gobind nombró como su sucesor a Har Rai, el hermano menor de Dhir Mal.
Un día, mientras un jardín atravesaba, siendo Har Rai un niño, sus fluentes túnicas sueltas dañaron algunas flores y esparcieron los pétalos por la tierra. Este hecho afectó a su tierno corazón y le trajo lágrimas a los ojos. De ahí en adelante, siempre caminó con sus faldones arremangados y resolvió nunca dañar nada en el mundo. Cuando creció, mantuvo el mismo espíritu tierno consigo. Frecuentemente, usaba la siguiente cita de baba Farid:
De todos los hombres,
el corazón es una joya;
apenarlos no es nada bueno.
Si deseáis vosotros al Amado,
no apenéis el corazón de nadie.
El Gurú Har Rai era muy magnánimo. Su comida era muy sencilla; no deseaba platillos delicados. Cualesquiera valiosas ofrendas que a él se le hacían, las compartía con sus invitados. Bajo el consejo de su abuelo el Gurú Har Gobind, mantenía en servicio dos mil doscientos soldados de caballería. Por las tardes iba a la caza de halconería. El Gurú apartaba algunos de los animales que él había capturado durante la caza, los dejaba libres y los protegía en un jardín zoológico, el cual había construido para la recreación de sus seguidores. Al anochecer el Gurú convocaba su corte, escuchaba himnos cantados por el coro y ofrecía luego instrucción divina.
El Emperador Shah Jahan tenía cuatro hijos: Dara Shikoh, Shuja, Mohammad,3 Aurangzeb y Murad Bakhsh. Dara Shikoh, el designado primogénito, era muy amado por su padre. Por su parte, Aurangzeb era muy inteligente, astuto y ambicioso, y tenía como meta ser el sucesor al trono. Se dice que, en un platillo exquisito para Dara Shikoh, Aurangzeb le puso pelos tomados del bigote de un tigre; a consecuencia, Dara se puso gravemente enfermo. Se les consultó a los mejores médicos, pero todo fue en vano. El Emperador, lleno de ansiedad, envió por astrólogos y adivinos de todos los países, pero no resultó de ningún provecho. Los hombres sabios llegaron a la conclusión que mientras los pelos del bigote de tigre no fue-ran removidos del estómago de Dara, no había para el hijo mayor ninguna esperanza de recuperación. Eran de la opinión que si un trozo de myroba-lan chebulic4 que pesara catorce chitanks5 (14/16os de una libra) y un clavo de olor que pesara un masha6 se administraran al paciente, éste recuperaría la salud. El Emperador buscó estos artículos por todas partes de su imperio, pero fue en vano. Por fin, alguien le dijo que los artículos requeridos estaban disponibles en el almacén del Gurú. Bajo el consejo de sus cortesanos, el Emperador se vio con la necesidad de humillarse ante el Gurú y de acuerdo con ello, le dirigió la siguiente carta:
Vuestro antepasado, el santo baba Nânak le concedió la soberanía al Emperador Babar—el fundador de mi dinastía; el Gurú Angad era de sumamente buena disposición a su hijo, el Emperador Humayun; y el Gurú Amar Das hizo a una lado muchas dificultades en el camino de mi abuelo Akbar.
Por mi Parte, me apena que las mismas relaciones amistosas no han existido entre el Gurú Har Gobind y mi persona y que la interferencia de extraños ha causado ciertos malentendidos. De eso no tengo yo la culpa. Mi hijo Dara Shikoh ahora está muy enfermo. El remedio está en vuestras manos. Si vos me facilitáis el acceso a la myrobalan y al clavo de olor que están disponibles en vuestro almacén, y le sumáis a ellos vuestras oraciones, me conferiríais vos un perdurable favor a mí.
Un noble viajó a Kiratpur con la carta para el Gurú. Después de leerla, Har Rai comentó, “¡Mirad! Con una mano el hombre corta las flores y con la otra las ofrece, pero las flores perfuman a ambas igualmente. Por un lado, el hacha corta el árbol sándalo; por otro, el sándalo perfuma el hacha. El Gurú, entonces, debe enviar el bien por el mal.” Mandó en seguida la necesaria medicina la cual se administró a Dara Shikoh. La myrobalan y al clavo efectuaron una rápida y completa cura. Naturalmente, el Emperador se puso muy feliz, se olvidó de toda la enemistad contra el Gurú y juró que él jamás causaría ninguna futura molestia a Har Rai.
Un día durante un paseo, el Gurú se detuvo y tocó la puerta de una mujer pobre y le dijo, “Buena señora, tengo mucha hambre, traedme el pan que vosotros habéis preparado.” Rebosando de alegría, la mujer sacó un poco de pan basto y, sin bajarse del caballo ni lavarse las manos, Har Rai lo aceptó y saboreó muchísimo. En seguida, el Gurú bendijo a la mujer y le puso fin a la tiranía de una trasmigración que ella sufría. Al siguiente día y a la misma hora los sijs prepararon, con gran atención a la limpieza, unos platillos exquisitos y se los ofrecieron al Gurú. Se rió y dijo, “¡Oh mis sijs! Comí yo de las manos de esa mujer porque ella era una santa. Esta comida que vosotros habéis preparado con atención al ceremonial antiguo no me agrada a mí.” Los sijs arguyeron, “Oh verdadero rey, ayer comísteis vos pan sin haberos bajado del caballo y de las manos de una anciana mujer a quien vos no conocías. No lo hicisteis ningún espacio consagrado y la comida era, en todo sentido, impura. Hoy nosotros hemos preparado la comida para vos y no hay en ella ninguna impureza, mas todavía vos la rechazáis. Sed tan amable de explicarnos la razón.” El Gurú contestó, “Con gran devoción y fe, la mujer preparó la comida para mí de lo que ella había ganado con el sudor de la frente. Por esta razón, la comida era muy pura y yo compartí de ella. El Gurú tiene hambre de amor y no de platillos exquisitos. En materia de amor dirigido a Dios, no se reconoce ninguna regla. No es lo que come el hombre lo que agrada Dios; es la devoción del hombre lo que es aceptable a Él.”
LAS GIRAS MISIONERAS DEL GURÚ
El Gurú Arjan completó, en su mayoría, la organización de sus seguidores por la vía pacífica y bajo el Gurú Har Gobind, el sijismo se agregó a sí mismo un ejército. Aparte de seguir poniendo énfasis en la institución de la Langar,7 la congregación religiosa y la fe en el Adi granth, el Gurú Har Rai emprendió giras extensas por las regiones Malwa y Doaba del Panjab. Estas regiones presentaban buenas oportunidades para que la fe sij creciera. El Gurú Har Rai logró algunas conversiones notables entre las familias terratenientes del Panjab, las cuales, en ese momento, eran consideradas los líderes naturales del pueblo.
En una de sus giras, el Gurú se quedó en Mukandpur, lugar situado hoy en día en el presente distrito de Jullundhur. En memoria de su visita a allí, Har Rai plantó un retoño de bambú y todavía éste sobrevive como un árbol majestuoso. De allí, el Gurú viajó a Malwa y visitó la laguna cerca de Nathana donde el Gurú Har Gobind había participado en una batalla. Kala y Karm Chand, dos hermanos de la tribu de Mahraj, lo visitaron para quejarse de que la gente de la tribu de Kaura no les permitía vivir entre ellos.
El Gurú intentó solucionar amigablemente la disputa, pero cuando la tribu de Kaura se negó a escucharlo, Hai Rai le ayudó a los hermanos de Mahraj para que tomaran por la fuerza posesión de un pedazo de tierra y se establecieran allí. El Gurú permaneció por algún tiempo en Nathana para predicar entre el pueblo y con frecuencia, Kala y sus amigos lo atendían a él. Ganó muchos discípulos. Sus oyentes abandonaron el culto al cementerio y al campo de cremación, y se adhirieran a la veneración pura de Dios. Un día, acompañado de sus dos sobrinos Sandali y Phul, Kala fue a visitar al Gurú. El padre de Kala había muerto en una batalla durante la época del Gurú Har Gobind. Los niños llegaron a la presencia del Gurú y, de cinco años, Phul empezó a golpear con sus manos, como a un tambor, su propia barriga desnuda. Cuando el Gurú le preguntó la razón, Kala explicó que el sobrino tenía hambre y quería algo de comer. El Gurú sintió compasión por él y dijo, “Él será grande, famoso y adinerado. Los corceles de sus descendientes beberán agua hasta donde llegue el río Jamna, tendrán la soberanía por muchas generaciones y serán honrados en proporción a su servicio al Gurú.” Cuando Kala regresó a casa y su esposa se enteró de la bendición del Gurú, ella le puso presión para que él les enseñara a sus propios hijos a golpearse la barriga en seña de hambre y los llevara al Gurú. Cuando llevó a sus propios hijos ante el Gurú, Kala le dijo a Har Rai que él actuaba en obediencia a su esposa. El Gurú le dijo, “Los padres de estos niños están hoy vivos, pero al mismo tiempo, tendrán su propio cultivo, comerán de la fruta de su propio trabajo, no pagarán ningún tributo y dependerán de nadie.” Esta profecía se cumplió y sus descendientes llegaron a poseer veintidós aldeas llamadas en grupo la Bahía. Phul tuvo seis hijos. Del mayor llamado Tilok Singh, los rajás de Nabha y Jind son descendientes. De Ram Sigh, el segundo hijo de Phul, el majarajá de Patiala era descendiente. Estos tres líderes eran conocidos como los Phul ke Raje, o jefes phulkianos. Después de que la India se hizo independiente en 1947, las tierras de las veintidós aldeas, junto con centenares de otras propiedades del condado, fueron anexadas por el gobierno de la India.
Habiendo sido convencido de la deterioración del Sistema de Masands,8 el Gurú Har Rai instituyó los bakhshishs.9 Estos centros misioneros los dirigían: Suthrashah, Sahiba, Sangata, Mihan Sahib, Bhagat Bhagwan, Bhagat Mal y Jeet Mal. A Bhagat Bhagwan se le nombró como el encargado de la labor misionera en el este, donde él y sus seguidores establecieron tantos como 360 gaddies10 para llevar a cabo esos esfuerzos. A las familias hermanas de Kaithal y Bagrian se les hizo responsables del trabajo misionero en la tierra entre los ríos Jamna y Satluj. Al bhai11 Pheru se le hizo responsable del área entre los ríos Beas y Ravi. Otro centro se estableció en los distritos centrales del Panjab. El bhai Aru, Sewa Das, Naik Das, Durga Chand y Suthra Shah eran los sacerdotes más importantes de la época del Gurú Har Rai quienes llevaron a cabo trabajo misionero en Cachemira.

EL GURÚ, SU HIJO RAM RAI Y EL EMPERADOR MONGOL

El Emperador Shah Jahan mantuvo viviendo a su hijo mayor Dara Shikoh cerca de él. Nombró a su hijo segundo, Shujah Mohammad, el go-bernador de Bengal. El tercer hijo, Aurangzeb, fue nombrado gobernador de Dakhan y Murad Bakhsh recibió la provincia de Gujrat. La ambición de ninguno quedó satisfecha y cada uno de ellos estaba buscando activamente volverse el Emperador; para ese propósito, reunieron riqueza y ejércitos en su región respectiva. Cuando el Emperador Shah Jahan se puso enfermo y no mostró ninguna señal de recuperación, se inició una guerra de sucesión. Dara Shikoh despachó al rajá Jai Singh contra Shujah Mohammad y mandó al rajá Jaswant Singh de Jodhpur a Dakhan. Jai Singh derrotó a Shujah Mohammad, pero los ejércitos combinados de Aurangzeb y Murad obligaron a Jaswant Singh a que se retirara. A continuación, Aurangzeb se preparó para tomar represesalias e intentó apoderarse de los reinos del imperio. Con gran pompa y muestra, Dara Shikoh marchó para oponerse a Aurangzeb y armó su campamento en Samugarh y cerca de la orilla del río Chambal. Aurangzeb pronto apareció a la cabeza de ambos su propio ejército y el de Murad Bakhsh, emprendiendo una determinada batalla. Aurangzeb tuvo éxito en capturar a varios nobles de Dara Shilok. Este último huyó del campo de la batalla. Aurangzeb entró a Agra y encarceló a su padre el Emperador y a su hermano Murad Bakhsh; procedió en seguida a Delhi. Dara huyó hacia Lahore.
El famoso santo musulmán Mian Mir era el sacerdote de Dara Shikoh; de aquél se habían oído alabanzas para con el Gurú. La vida de Dara Shikoh ya había sido salvada una vez por la medicina del Gurú. En vista de estas circuns-tancias, Dara Shikoh tenía a Har Rai bajo una gran admiración. Desde que Dara Shikoh había sido nombrado gobernador del Panjab, había habido buenas relaciones entre el Emperador y el Gurú. Shah Jahan tenía una orden contra los templos hindúes mientras que los de los sijs estaban exentos de ella.
Mientras Dara Shikoh viajaba a Lahore, el Gurú se encontraba de casualidad en Goindwal. Los dos se encontraron cara a cara. Muchos escritores dan su propia bella historia sobre la asistencia que el Gurú le dio a Dara Shikoh. El tipo de ayuda que éste le pidió al Gurú Har Rai o el Gurú le dio a Dara Shikoh es una cuestión bastante compleja. Dara Shikoh tenía toda la riqueza real, tenía a sus generales y tenía a su ejército de miles y miles de hombres. Dentro de unos días de estar en Lahore, reclutó a veinte mil hombres más para su ejército. Lo tenía todo, excepto un valiente corazón para luchar en el campo de batalla. Dara Shikoh huyó del campo de batalla y finalmente, cayó prisionero por medio de un pathan12 que lo traicionó. Se lo llevaron a Delhi y allí lo ejecutaron.
Habiendo asegurado su derecho al trono de Delhi, Aurangzeb embarcó en una cruzada religiosa contra los hindúes. Después de la suerte de Dara Shikoh, a los enemigos del Gurú se les presentó la oportunidad de envenenar la mente de Aurangzeb diciéndole que Har Rai le había dado ayuda a Dara Shikoh durante la lucha por el trono. Por eso, Aurangzeb convocó la presencia del Gurú en Delhi. Har Rai, sin embargo, había jurado no entrevistarse con el Emperador. En su lugar, envió a Delhi a su hijo mayor Ram Rai, instruyéndolo de que debía confiar en el poder divino de los Gurús, retroceder de ninguna forma de los principios de la religión sij y, en toda palabra y toda acción, tener el pensamiento fijo en Dios. De esa manera, todo resultaría con éxito.
Cuando al Emperador se le informó que el Gurú mismo no había venido sino que había enviado a su hijo, Aurangzeb pensó que si su objetivo de enjuiciar al Gurú no se cumplía por medio del hijo, enviaría por el propio Gurú en persona. Se dice que Ram Rai realizó setenta milagros. Por su parte, el Emperador le regaló unas túnicas envenenadas, las cuales vistió Ram Rai sin que le pasase algo. En una de las varias entrevistas, se colocó un trozo de tela sobre un pozo profundo para que, cuando se le pidiera sentarse en la tela, Ram Rai cayera en el pozo. El trozo no se sumió y Ram Rai se salvó milagrosamente. Mientras estaba sentado en Delhi, al Emperador se le mostró una vista en vivo de la ciudad de Meca. En fin, después de vistos los setenta milagros, Aurangzeb quedó casi convencido de los poderes de Ram Rai y se tornó amistoso con él. Luego vino la última pregunta. Los qazis13 al hijo del Gurú le preguntaron, “Ram Rai, vuestro Gurú Nânak ha escrito contra la religión musulmana. En un lugar ha dicho:
Mitti musalman ki peirei paee kumiar;
ghar bhandei itan kia, jaldi karei pukar.

—“Asa mohalla 1”, 466
Las cenizas del mohama caen
en el barro del alfarero;
vasos y ladrillos se forman de él:
lloran con dolor mientras se queman.
—Traducción de lo anterior
¿Qué es el significado de estos versos?”
Ram Rai se había ganado tanto el respeto de Aurangzeb que quizás no quería desagradarlo y el hijo de Har Rai se olvidó de los susodichos consejos de su padre bajo los cuales no debería retroceder de los principios de la religión sij. Para agradar al Emperador, Ram Rai contestó así, “Su Majestad, el Gurú Nânak escribió,14 Mitti beiman ki, es decir, las cenizas de los infieles, y no de los musulmanes, caen en el barro del alfarero. El texto ha sido adulterado por personas ignorantes y de esa manera, la religión de su Majestad y la mía han sido difamadas. Las caras de los infieles, y no las de los musulmanes, se teñirán de negro en ambos mundos.” Todos los sacerdotes mahometanos quedaron contentos con la respuesta. El Emperador confirió en seguida un juicio a favor de Ram Rai y disolvió la asamblea.
Los sijs de Delhi inmediatamente enviaron a un mensajero a Kiratpur e informaron al Gurú de la pompa y la honra bajo la cual Ram Rai había sido recibido en Delhi. Detallaron también los milagros que él había hecho. El mensajero explicó asimismo que Ram Rai había hecho una alteración a un verso del Gurú Nânak para agradar al Emperador. El Gurú quedó muy apenado por el insulto y comentó, “Ningún mortal puede cambiar las palabras del Gurú Nânak y la boca que se ha atrevido a hacerlo jamás tendrá otra presencia ante mí.” El Gurú decidió que Ram Rai no estaba preparado para el Gurúado. Afirmó, “El Gurúado es como la leche de una tigresa: únicamente puede llevarse en una taza de oro. Sólo quien está listo para consagrar su vida al Gurúado es digno de él.”
Después de que había residido en Delhi durante algún tiempo, Ram Rai decidió visitar a Kiratpur e intentar de convencer a su padre para que anulara la decisión con respecto a él. Armó su campamento cerca de Kiratpur y le escribió a su padre pidiéndole permiso para visitarlo. Confesó que había sufrido por sus pecados y deseaba el perdón. El Gurú contestó, “Ram Rai, habéis desobedecido vosotros mi orden y habéis pecado. ¿Cómo podéis aspirar a ser un santo varón? Idos adónde vuestro gusto os lleve. Jamás yo veré otra vez a vosotros a razón de vuestra infidelidad.”
Sintiendo el fin muy cerca, el Gurú pensó en su sucesor y pidió una asamblea de sus fieles sijs. Sentó a su hijo menor, Har Kishen, quien sólo tenía cinco años de edad, en el trono del Gurú Nânak. Colocó un coco y cinco pai-ses15 frente a él, lo circunvaló tres veces e hizo que se le pusiera una tilak16 o huella de azafrán en la frente. La asamblea entera se puso entonces de pie e hizo homenaje al joven Gurú. El Gurú Har Rai les pidió a todos los sijs que consideraran a Har Kishen como su propia imagen, pusieran su fe en él y así, ellos obtendrían la salvación.
El Gurú Har Rai cerró los ojos y se fue a su morada celestial el 6 de katik u octubre de 1661.

1 Gurúado s.m. Neo. Período de liderazgo religioso por parte de un Gurú. Administración, gobierno, magisterio de un Gurú. El gurúado es similar al papado del Papa en la Iglesia Católica. Junto con la labor fundadora del primer Gurú, Nânak Dev, la religión sij ha tenido diez Gurús, siendo los otros nueve: Angad Dev, Amar Das, Ram Das, Arjan Dev, Har Gobind, Har Rai, Har Kishen, Tegh Bahadur y Gobind Singh. Este último declara al Gurú granth sahib, la Biblia de los sijs, como el eterno Gurú para toda la eternidad. La abreviación neo. significa neologismo.
2 baba s.m. Tratamiento de cortesía que se antepone al nombre de pila masculino. Es similar a la palabra don.
3 Mohammad o Mohammed: en inglés se aceptan las dos maneras de escribir este nombre. Mohammad se prefiere en Inglaterra y sus ex-colonias.
4 myrobalan chebulic s.f. Una fruta astringente y seca, tipo pasa de ciruela o uva, la cual da el árbol Terminalia Chebula de la Asia Central y regiones circunvecinas. Esta fruta se importaba a Inglaterra y otras partes del mundo bajo el nombre de myrobalan.
5 14/16os de una libra.
6 Masha s.m. Una medida minúscula de menos de una onza.
7 La Cocina Gratuita donde todos comen juntos sin importar la clase social.
10 gaddie s.m. Centro.
11 bhai s.m. Hermano en el sentido religioso.
12 pathan a. y s. m. Afgano. De Afganistán.
13 qazi s.m. Un alto sacerdote mahometano o musulmán.
14 Se dice también que Ram Rai le dijo a Aurangzeb que el Gurú Nânak no quiso decir las cenizas del musulmán, sino que realmente dijo las del beiman, o infiel. De esta manera, Ram Rai no alteró el verso original, sino que sólo cambió su significado.
15 paises. s. m. Fracción de una rupia, o la moneda de la India.
16 tilak s.f. Una huella de azafrán puesta en la frente con el dedo de la mano. Señala al nuevo iniciado al Gurúado.