FELIZ 344
Guru Gobind Singh Ji Gurpurab 2010
NACIMIENTO DEL
10 GURU SIKH
Guru Gobind Singh Ji
(1666 - 1708)
Raramente en los anales de la historia humana aparece un personaje capaz de despertar las virtudes más nobles del corazón humano a tal magnitud que una nación entera expresa sus cualidades inherentes más finas. Hijo de Guru Tegh Bahadur y GujriGuru, Gobind Singh nació el 26 de Diciembre de 1666 en el poblado de Patna, ahí pasó algún tiempo para después trasladarse junto con su padre y madre a Anandpur Sahib.
Guru Tegh Bahadur estaba conciente de que su sucesor tenía que ser un alma verdaderamente exaltada para que fuera capaz de enfrentar la crisis de violencia e intolerancia religiosa que enfrentaba la India, así que dedicó 27 años de su vida a la meditación de 18 horas diarias. Su concentración y rezos lograron mover la voluntad divina para atraer un alma especial.
Las circusntancias sociales en la India empeoraban, pues como se ha descrito previamente, el emperador Aurangzeb Alamgir conducía una de las más crueles conversiones al Islam que se han vivido. Ciudades enteras eran masacradas, templos de la religión hidnú eran arrasados y sustituidos por mezquitas. Todo el que no aceptaba la conversión al Islam era sometido al filo de la espada. La oscuridad y la miseria se extendían por todo el reino. El asesinar a un infiel (un no musulmán) era el sagrado deber de todo musulmán.
Desde una edad temprana, Guru Gobind Rai demostró una personalidad sin comparación. En un más detallado relato de lo ocurrido, los Brahamanes (Sacerdotes de la religión hindú) de Kashmir huyeron desesperados hacia Anandpur Sahib en donde se encontraba Guru Tegh Bahadur, ahí ellos imploraron al Guru que hiciera algo para terminar la masacre. El Guru escuchaba profundamente meditativo y silencioso cuando su hijo Gobind Rai entró al recinto y preguntó "¿Porque estás tan callado hoy padre?" El Guru respondió "Los gobernantes son unos lobos y no hay fin a la pena y la miseria" "¿Cual es el remedio padre ?" preguntó Gobind Rai. El Guru le explicó "Solamente el sacrificio de un hombre de Dios puede parar esta miseria." Gobin Rai con confianza respondió: "Ofrecete tú, Oh Padre, y salva a la gente. La sangre de un hombre de Dios debería derramarse para despertar a la nación. Esta es la antigua mística ley de la vida."
Como ya es sabido Guru Tegh Bahadur se dirigió a Delhi para inspirar a sus discípulos y confrontar a Aurangzeb. Ahí él fue torturado como se describió previamente, los esfuerzos de los torturadores fueron tan inútiles como tirar una piedra contra el Himalaya pues el Guru estaba imbuído con la Realidad Suprema. Un verdugo cortó la cabeza del Guru mientras éste recitaba el Jap Ji.
La cabeza de Guru Tegh Bahadur regresó a Anandpur Sahib con una nota escrita por él: "Di mi cabeza pero no mi fe".
Gobind Rai se convirtió en Guru Gobind Rai a los nueve años de edad, él pasó sus años juveniles terminando de entrenarse arduamente en la meditación, cacería, poesía y estudios religiosos; desde muy pequeño estudió profundamente los escritos del Guru Granth Sahib para enfrentar su destino.
Sin comparación en carácter y atributos, Guru Gobind Rai , fue una figura con conducta divina, un santo soldado. Sin comparación en batalla y de sublime compasión. Su presencia inspiraba asombro, devoción y valor. Poeta, visionario, sabio, guerrero y líder, condujo a las fuerzas de la rectitud que yacían durmientes en los agobiados corazones de su gente. La fortaleza de su fibra moral y su convicción a los ideales espirituales y sociales inspiraron a su nación a lograr su noble destino, elevándolo con propósito singular.
La vida de Guru Gobind Singh estaba rodeada de innumerables obstáculos por vencer. La nación de la India había caido en un abatimiento pasivo causado por la incapacidad individual de ación, y la mentalidad del oprimido se impuso sobre la tendencia natural de sobresalir. Los mughales y musulmanes habían conquistado todo el norte de la India, habían convertido a su religión a grandes números de personas económica y socialmente desprotegidas. Cuando estos problemas permearon la organización social de la India, ésta se volvió incapaz de defenderse y por lo tanto la cultura hindú se volvió presa fácil. Este predicamento era multifacétido. Primero, era el resultado de innumerables castas, subcastas y parias que habían fragmentado a la sociedad hindú en segmentos pequeños. Segundo, la multiplicidad de templos con numerosos dioses y rituales vacíos y rígidos dispararon la fortaleza de la sociedad pues no se unían bajo un mismo techo. Tercero, la sociedad estaba dividida en cientos de pequeños estados feudales y no existía comunicación y cohesión entre ellos. Por lo tanto la unidad nacional era muy difícil de obtener. Así, los mughales fueron exitosos invadiendo a la India volviéndose los amos.
Solo un líder de proporciones heróicas sería capaz de enfrentar el trabajo arduo impuesto por el destino. La misión divina recayó sobre los hombros capaces de Guru Gobind Rai. El nació para esta misión, siendo el décimo y último Guru viviente de la tradición Sikh que habían nacido y prosperado durante los siglos XVI y XVII. Era el heredero de la casa de Siri Guru Nanak Dev, el fundador del Sikh Dharma y su filosofía. Guru Gobind Rai logró exitosamente inculcar a su gente confianza en si mismos. Su amor al conocimiento era profundo y su intelecto era penetrante y agudo. Siendo un estudiante dedicado a las grandes tradiciones de las corrientes filosóficas de la Indiay su literatura espiritual se aseguró de preservarlas con traducciones y bibliotecas. Encontraba paz profunda en la belleza de la naturaleza buscando retiros en sitios solitarios para reaprovisionar su espíritu y comulgar con la sabiduría melódica de los arroyos. El escribir poesía era su pasión sagrada, y su rango de expresión amplio. Mostraba maestría con el compás poético en muchos idiomas.
A pesar de su brillante capacidad militar, era un amante entrañable de la paz que seguía un estrícto código ético. Nunca en su vida fue el primero en iniciar una batalla, nunca atacó al enemigo y nunca tomó territorio. Siempre perdonaba a sus enemigos y siempre mantuvo su palabra. Su devoción profunda al Señor Universal y su compasión a la humanidad fueron evidentes durante su vida, pues sabía desde temprana edad que dedicaría cada aliento de su existencia a la protección de la virtud, la verdadera exhaltación de la conciencia humana.
Guió a su comunidad espiritual con convicción y compasión ganando su dedicación devota. Construyó su corte, su ejército y elevó los espíritus de la gente con sus poemas heróicos y espirituales. Instaló en Anandpur un tambor gigantesco que mandaba a tocar diariamente para inspirar a su gente al valor y recordarles que no deberían aceptar ser esclavos de nadie. Anandpur se volvió una ciudad modelo llena de fervor que vivía un propósito compartido.
Sin embargo, había en las montañas cercanas gobernantes llenos de envidia que intrigaban constantemente contra el Guru. Para apaciguarlos, Guru Gobind Singh se retiró de Anandpur aceptando la invitación de un gobernante amigable vecino. Decidió fundar una nueva ciudad a las orillas del río Jamuna y la llamó Paonta. Ahí resumió sus prácticas espirituales, su entrenamiento marcial y su pasión literaria. En Paonta su genio poético floreció expresando todas las facetas de su naturaleza gloriosa. Su éxtasis era sublime; al dictar un poema, se transportó a un éxtasis que duró 16 horas simplemente repitiendo la palabra "Tu eres". Su poesía de valor resonaba con valentía y devoción y se refería a Dios como la espada de la protección. Honraba la muerte valiente en la batalla santa como un fin noble. Durante tres años Paonta se volvió un centro prominente para la cultura y espiritualidad Sikh.
A la edad de 23 años la rueda del espacio y tiempo arrastro al Guru Gobin Rai a confrontar la maldad. Algunos gobernantes seguían enfurecidos por la presencia noble del Guru y se volvieron antagónicos. Idearon complots contra él y se organizaron para atacarlo a 8 kilómentros de Paonta. El ejército del Guru inspirado con devoción venció al enemigo en una batalla feroz. Los agresores rápidamente aprendieron a respetar la espada y el corazón Sikh. El Guru no deseaba mal a nadie y no tenía ambiciones territoriales, sin embargo estaba rodeado de prejuicios y enemigos. Dijo:
No tengo animosidad hacia nadie. Quiero que nos dejen en paz para propagar la causa del Dharma. Mi padre dio su cabeza para proteger al Dharma y yo vivo para la misma causa. Pero aquí estoy tratando de infundir un nuevo espíritu a una civilización herida y rehusan la cooperación.
El 13 de Abril de 1699, Guru Gobind Rai se convirtió en Guru Gobind Singh al fundar la orden Khalsa, que marca la culminación de doscientos años de despertar espiritual inspirado por los Gurus Sikh. La gente desamparada y desanimada había sido transformada en una comunidad dispuesta a luchar por sus ideales espirituales.
Aurangzeb, entonces estaba ocupado en una campaña militar al sur de la India, pero alarmado por las calumnias y complots de los gobernantes tomó la desición de deshacerse del Guru. Los mughales empezaron a atacar a los Sikhs, quienes respondieron enérgicamente causando severas bajas a los mughales. Pero la paz no duró y durante los próximos cinco años Anandpur fue atacada esporádicamente por los mughales y sus gobernantes vecinos aliados. Los Sikhs respondieron a las agreciones con bravura y talento.
Finalmente en 1705 el enemigo sitió la ciudad determinado a cortar todas las provisiones de la ciudad y forzar a que los Sikhs se sujetaran en su sumisión. El infortunio sobre los Sikhs fue severo; todas las noches un grupo de Sikhs salía fuera de la ciudad para lograr abastecimientos de víveres y otro grupo salía con ellos para defenderlos con su vida si fuera necesario y para asegurarse que las provisiones llegaran a la ciudad. Pero a medida que transcurría el tiempo y más tropas enemigas rodeaban a la ciudad aún eso era imposible. La privación era intensa y la hambruna que imperaba era severa. La ciudad llevaba cinco meses sitiada.
El emperador Aurangzeb ofreció salvoconducto con tal de que los Sikhs evacuaran la ciudad, a lo cual el Guru aceptó evacuando junto con su ejército y su familia. Como medida preventiva, el Guru envió primero un cargamento de cajas llenas de basura, al cual, los mughales cayeron entusiasmados creyendo que eran tesoros y joyas. Ya seguro de que las intenciones del ejército eran de atacar, el Guru sacó a su madre y sus dos hijos menores en la oscuridad de la noche. Al día siguiente, con 500 hombres, sus hijos dos hijos mayores y los cinco bienamados salieron de Anandpur. De esta forma salió el gran Santo guerrero humanitario de su ciudad querida para nunca verla jamás.
En cuanto dejaron la ciudad, el enemigo se apresuró a rodearlos haciendo a un lado las promesas de salvoconducto. La mayoría de la poesía escrita durante años por el Guru se perdió en el caudal del río. Muchos Sikhs valientes murieron esa noche y todo el grupo se esparció. El Guru con sus dos hijos y 40 Sikhs lograron llegar a un fuerte de lodo en un sitio llamado Chamkur. La masiva horda enemiga de cerca de un millón de hombres, como enjambre de moscas rodeó el fuerte que protegía a los Sikhs y así una épica batalla dio comienzo. Los 40 Sikhs y su maestro lograron mantener el fuerte con hazañas y proezas durante varios días. En este lugar sus dos hijos mayores Ajeet Singh y Jujhar Singh murieron en batalla. En el último momento, cuando quedaban solamente 5 Sikhs, éstos votaron para que el Guru escapara durante la noche y ellos se quedarían a confrontar al enemigo. El Guru no quería irse, pero los Sikhs le dijeron: "Somos Khalsa, y cinco Khalsa son el Guru. Te damos como esto la orden de irte." Así el Guru se volvió un figitivo de su propia tierra pero se salvó para reinstalar la Khalsa.
La madre del Guru y sus dos hijos menores de 7 y 9 años de edad, fueron traicionados y entregados al gobernante mughal de Sarhind. Ellos fueron ejecutados al no aceptar al Islam.
Después de incontables aventuras el Guru encontró refugio temporal en la aldea de un discípulo devoto. Escuchó el trágico fin de sus hijos menores en perfecta serenidad y rezó para que Dios los haya recibido en su abrazo divino. Aquí él escribió la "Epístola de la Victoria", una carta al emperador Aurangzeb en donde lo condenaba por la falta de su palabra en la evacuación de Anandpur y por el cruel fin de sus hijos.
El Guru reunió más tropas, incluyendo miles de nuevos iniciados. En Muktsar se llevó a cabo otra batalla en donde el ejército Sikh se mantuvo firme ante la embestida del ejército mughal forzandolo a la retirada. Gran valor y sacrificio se requirió para lograr esa victoria y casi todos los guerreros Sikhs perecieron.
El Guru viajó ampliamente para esparcir las enseñanzas de Guru Nanak Dev. Aquellos que escucharon el mensaje libertador se inspiraron a seguir sus enseñanzas dinámicas. El Guru se estableció en el sur del Punjab y fundó una nueva ciudad llamada Damdama. Aquí el Guru gozó de paz y dictó el Siri Guru Granth Sahib entero y de memoria a su discípulo Bhai Mani Singh.
Durante este tiempo Aurangzeb enfermó gravemente; sintiendo culpabilidad frente a la muerte y temiendo las consecuencias de haber torturado a un hombre santo, respondió a la carta que le había mandado el Guru solicitándole una reunión de reconciliación. Pero esta nunca se dio. A su muerte, los tres hijos de Aurangzeb se peleaban por el trono coom era costumbre en las sucesiones mughales. El hijo mayor, Muazama, era el mejor preparado y era un hombre de critarios mucho más amplios y liberales que los de su padre. Para lograr ascenso al trono buscó al Guru para lograr su apoyo. El Guru honró la petición mandando tropas para ayudarlo en la batalla. Muazam logró el título.
A pesar de los términos amistosos en los que se encontraban ahora sus líderes algunos mughales y Sikhs no podían olvidar su animosidad previa y ocurrieron varios insidentes de violencia. El nuevo emperador, aunque agradecido por el apoyo del Guru y respetuoso de él, no honró la petición del Guru para que parara la tiranía del fanático Wazir Khan de Sarhid quien había ejecutado a sus hijos menores. Su relación dio término.
Fue en esta época, 1708 que el Guru fue a Nander, en las orillas del río Godavari. Ahí fue a visitar a un monje asceta llamado Bairagi Mandho Das. El Guru encontro la choza vacía y se quedó dentro descansando en el catre del monje; cuando el monje lo vió, entró determinado a sacarlo, pero al verle los ojos cayó a los pies del Guru y se autoproclamó su discípulo. El asceta había sido un guerrero y sus proezas militares eran bien conocidas. El sería el resposable de continuar con la misión de Guru Gobind Singh. El Guru lo inició y lo llamó Banda Singh Bahadur. Guru Gobind Singh entrenó a su nuevo discípulo cuidadosamente y la habilidad de Banda satisfacía al Guru con esperanzas de establecer la libertad y la justicia.
Wazir Khan, preocupado de la buena relación entre el Guru y el nuevo emperador, creyó que el Guru podría convencer al emperador de atacarlo y decidió enviar a dos asesinos para matar a Guru Gobind Singh. Una mañana, justo después de la meditación de la madrugada, los asesinos recibiendo prasad de manos del propio Guru se pararon y atacaron brutalmente al Guru clavandole una daga que casi toca su corazón. El Guru siendo hábil guerrero se defendió. Los Sikhs inmediatamente respondieron terminando con los asesinos e inmediatamente atendieron al Guru. Un cirujano experto logró coser las heridas del Guru y empezó a curarse. La vida sedentaria y convaleciente de un paciente en recuperación era foránea a la naturaleza del Guru. Trató de establecer su ritmo normal de vida. Un día al estirar un arco la herida se abrió y sangró.
El cuerpo del Guru, veterano de batallas incontables, se debilitó. Sabía que su fin mortal estaba cerca. Se preparó para su fin instruyendo a sus Sikhs, inspirandolos para que siempre fueran joviales y no permitieran sentirse tristes. Sabiendo que era tiempo de era tiempo de nombrar a su sucesor pidió que trajeran al Siri Guru Granth Sahib y declaró: "Este es mi mandamiento: Instalo al Siri Guru Granth Sahib en mi lugar. Quien lo reconozca obtendrá su recompensa. El Guru lo rescatará. Esta es la Verdad."
Así el linaje de generaciones la continuó con el Siri Guru Granth asegurando que la insondeable sabiduría de los Gurus perteneciera a incontables generaciones futuras de Sikhs. Declarando al Siri Guru Granth Sahib como el Guru, aseguró que la palabra sobreviviera y la Khalsa siguiera su mensaje.
El Guru vistió su uniforme completo de batalla, valientemente montó su caballo favorito de ojos azules, y despidiéndose de sus discípulos cabalgó hasta una tienda de campaña donde en soledad gozó de una tarde pacífica y meditativa antes de desvestirse de su cuerpo mortal y merger en el Eterno Señor.
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